- Publicado: 26 Noviembre 2015
La industria alimentaria se fragmentará en dos divisiones
El título de este artículo no pretende ser alarmista, sino manifestar la realidad del sector.
Luis Carlos Hernández Cerdeño
Dpto. de Innovación de Novadelta Gestión S.L.
Urgentemente debería preguntarse ¿Mi empresa vende a...
• ... supermercados o grades superficies? • ... proveedores de supermercados o grandes superficies? • ... proveedores que a su vez son proveedores de supermercados o grandes superficies?
Y si alguna de estas cuestiones ha obtenido una respuesta afirmativa, no se lo piense: su empresa debería estar entre las de primera división. O lo que es lo mismo: Su empresa debe estar certificada.
La industria alimentaria está sufriendo un drástico giro en lo relacionado con la certificación en seguridad alimentaria, y más concretamente en los certificados IFS, BRC y FSSC 22.000. Hace tiempo, se entendía que era obligatoria la certificación para aquella industria que comercializara sus productos para grandes clientes o que tuviera un plan de exportación. Pero, desde julio de 2015 es de obligado cumplimiento para toda empresa certificada por BRC (y en breve en IFS) el siguiente requisito:
"Todos los proveedores de materias primas de una industria alimentaria certificada deben de poseer un certificado bajo una norma reconocida por la GFSI (IFS, BRC y FSSC 22.000) o en su defecto debe de superar con éxito auditorías de proveedor."
Resumiendo: para poder seguir vendiendo a sus clientes, su empresa debe poseer un certificado, o deberá de superar con éxito auditorías que le realizarán sus propios clientes. Estas auditorías suelen durar del orden de 8 a 20 horas, dependiendo del tamaño de la industria; y sus requisitos son de elevada exigencia.

Inconvenientes de auditorías de proveedor:
- Auditorías muy costosas. Si sus clientes se ven obligados a realizarle auditorías, supone con toda seguridad sufragar todos los gastos de cada una de las auditorías de cada uno de sus clientes y de cada año. Si su empresa estuviera certificada, únicamente deberá pasar una única auditoria al año.
- Auditorías de alta criticidad. Que un cliente le inspeccione, siempre será más traumático que si lo realiza un auditor de una certificadora; ya que no es lo mismo que el cliente detecte sus puntos débiles a que lo haga un profesional independiente.
- Auditorías poco prácticas. Cada auditoría sólo servirá para mantener a un cliente. Mientras que el certificado sirve para todos sus clientes. Además es necesario para exportar, para presentarse a concursos públicos, para conseguir con más facilidad subvenciones, etc.
- Requisitos contrapuestos. Los auditores de sus proveedores pueden tener diferentes requerimientos y éstos suelen ser contradictorios. Muchas veces va a ser imposible cumplir con todas las exigencias que nos imponen cada uno de ellos. Los auditores de certificación tienen criterios homologados y su único objetivo es cumplir con los puntos de la norma con la que se esté certificado.
Auditorías de proveedor | Auditoría de certificación |
Una auditoría anual por cada cliente | Una auditoría anual |
Costes fijados por tu cliente | Precio tarifado |
Nuestros errores los ven nuestros clientes | Errores detectados por profesional independiente (contrato de confidencialidad) |
Requisitos impuestos bajo criterio subjetivo de cada auditor | Requisitos objetivos, definidos en normas internacionales |
Sólo sirven para mantener a cada cliente | Sirven para seguir vendiendo a todos nuestros clientes, exportación, licitaciones públicas, subvenciones, etc. |
Cumplir con un gran número de requisitos (alto coste post auditoría) | Requisitos conocidos por la empresa (inversiones previsibles) |