- Publicado: 30 Junio 2016
Comenzando con los niños
La autogestión mediante la respiración consciente. El camino de la Paz.
Julio de la Torre Hernández
Mentor Jurídico Abogado Coach
SIEMPRE ADELANTE
Durante todo este curso acudí a las invitaciones que varios centros educativos de la ciudad me cursaron para asistir a sus clases de infantil y primaria con el fin de enseñar a sus alumnos las técnicas de Mindfulness que ahora están tan en boga en el mundo educativo. No en vano durante este año he formado a más de noventa profesores en las provincias de Salamanca y Zamora. La vida consciente, el poder de la respiración consciente, se están revelando como poderosas herramientas para lograr “Atención Plena” y “Escucha Activa”, pero también para vivir desde otro plano diferente al mental, donde llevamos siglos viviendo y desde el que analizamos la vida y lo que nos ocurre.
Una clase es sencilla, no más de diez minutos, pues la atención disminuye muy rápido en los niños. Estimulados por un conjunto de sombreros que me voy poniendo y que van desde el de “Entrenador”, que identifica mi rol, pasando por un conjunto que van representando pensamientos y sentimientos diferentes, desde la tristeza, a la ira o la alegría desbordante que representan situaciones que los niños suelen vivir. Desde ese toque de atención hacía lo que les ocurre en sus vidas habitualmente, se les enseña que disponen de la respiración consciente, que aprenden a realizar sentados en postura de "medio loto", como mecanismo de autoregulación para volver a sentirse serenos. Para ellos se trata de “cazar pensamientos”, de hecho uno de los sombreros representa al “Cazador de Pensamientos”.
Un sencillo juego que sorprende por su eficacia gracias al poder que tiene la respiración consciente para los niños, pues sus mentes, en el marco de la biología del aprendizaje está en una edad idónea para crear estrategias que aprende muy rápido, que les permiten crear rutas neuronales que ponen en funcionamiento neurotransmisores muy concretos para el desarrollo de su capacidad de serenarse y tranquilizarse.
Hace unos años cuando empecé con la enseñanza del Mindfulness nadie sabía de esta herramienta y técnica, pocos la practicábamos, hoy en día existen miles de referencias en internet que pueden ser consultadas y en toda España existen profesionales que la conocen, estudian e imparten.
Doy formación en Mindfulness desde hace cuatro años en el Barrio del Oeste, en Zoes. Ya han pasado varias decenas de alumnos. Son tres niveles de formación. En los últimos dos años fui invitado a formar a profesores de la E.P.O. y de la E.S.O. en los C.F.I.E. que la Junta tiene en Salamanca, Zamora y Benavente. Formar adultos no es lo mismo que formar niños, esta realidad es obvia para todos.
El reto con los niños surgió gracias a una empresa que organiza actividades infantiles y que durante el verano pasado se hizo cargo de los campamentos urbanos del Colegio de los Maristas y del Centro Comercial El Tormes. A partir de ahí la Fundación General de la Universidad ofreció a la Fundación Saberes la posibilidad de que por mi parte como profesor me pudiera acercar a diferentes centros educativos de la ciudad para fomentar esta herramienta.
El aquietamiento mental es una asignatura pendiente para muchos adultos y en los niños es muy fácil anclarla como recurso ahora. Aprender que se dispone de un mecanismo tan poderoso es muy conveniente en estas edades tempranas del desarrollo intelectivo donde la mente está generando las pautas y rutas neuronales relacionadas con el aprendizaje al estar continuamente estimulada en los procesos educativos a los que sometemos a nuestros hijos. Y he empleado la palabra “someter” de una forma consciente. La estimulación del cerebro en el aprendizaje no para, ni cesa durante decenas de años y se convierte en una pauta, un hábito, una costumbre que finalmente conforma un carácter. Nuestras mentes inquietas están entrenadas para no parar y es lo que mejor saben hacer, no parar. Aquietar la mente es lograr que esta actividad disminuya para encontrar unos niveles de consciencia diferentes al mental de los que disponemos y que hasta ahora han sido inexplorados al fagocitar el racionalismo toda alternativa a lo mental y considerar que todo cuanto trascendiera a la mente no tenía utilidad. En occidente y en Europa nos centramos durante siglos en el poder de la mente activa y estimulada. Oriente conservó el tesoro del poder de una mente aquietada y tranquila.

En un metaanálisis con más de 270000 alumnos de todas las etapas académicas, se demostró que aquellos que participaron en primaria en este tipo de programas no solo mostraron mejoras significativas siendo adolescentes en cuestiones conductuales, sino que también obtuvieron una mejora en promedio del 11% en sus resultados académicos respecto a los que no recibieron esa formación (Durlak et al., 2011). Aprenden las mentes de los niños, que disponen de un nivel desde el que es más fácil gestionar las emociones, los sentimientos y el estrés. Aprenden que pueden cambiar lo que piensan y no engancharse a lo que sienten, que pueden “soltar” como lo denominamos en Mindfulness y otras disciplinas de crecimiento y desarrollo personal.
¿Y ahora qué? Un programa formativo para niños y adolescentes de carácter continuado sería el mejor camino. De hecho, gracias al Colegio Maestro Avila de Salamanca en el que formé a un grupo de profesores gracias al C.F.I.E. se han presentado voluntarios para un programa piloto que he denominado “Aula de Paz” y se están formando como “Facilitadores de Aula de Paz”, un espacio desde el que se pretende fomentar el uso de las herramientas que aporta el Mindfulness y la Inteligencia Emocional en toda la comunidad educativa. Un proyecto de innovación educativa que dará que hablar en el futuro, pues todos los centros educativos dispondrán de aulas de este tipo.
Lo que para muchos es solo meditar, para los que practicamos esta ciencia de la vida sabemos que es mucho más que educar en la meditación, que incluso meditar puede tener períodos en los que se practique menos, pero enseñar a nuestra mente a contemplar la vida desde un plano diferente, desde la consciencia, desde el corazón, con su inteligencia cardiaca, es y será una necesidad en una humanidad que abandonó su esencia para acomodarse demasiado tiempo en la mente y sus procesos olvidando que el observador no puede estar en lo observado y, por eso, si me doy cuenta de lo que pienso, sencillamente, no soy lo que pienso. Si me doy cuenta de lo que siento, no soy lo que siento. Si puedo observar mi cuerpo, no soy mi cuerpo. Soy quien observa los pensamientos, sentimientos y el cuerpo. El observador, el Ser.
Entrenar la mente del observador, del testigo, es una sabiduría que se ha trasmitido de generación en generación durante milenios. Y como solo se puede observar el presente, el AHORA se convierte en el campo de atención y observación.
Durante años en España convivieron padres analfabetos con hijos ilustrados. Asistimos a un momento en el que convivirán padres “dormidos” con hijos “despiertos”. El “despertar de la consciencia” lo denominan.
Despertar la consciencia, el observador, es uno de los principales resultados de las técnicas de Mindfulness. Cuanto antes empecemos antes reportará a la vida de los niños todos los beneficios que conlleva.
Si quiere saber más puede contactar conmigo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y participar en los Cursos que organizamos. Nunca es demasiado tarde.