- Publicado: 03 Noviembre 2010
Casi ocho siglos de historia te contemplan
Los orígenes del viejo estudio
La fundación de la antigua escuela salmantina se remonta a 1218. El primer documento que se conserva de la Universidad es una cédula del rey San Fernando, de 1243, en la que trata de la fundación de la misma por su padre el rey Alfonso IX de León. En 1254, Alfonso X dota generosamente doce cátedras. En el mismo año, junto a Bolonia, París y Oxford, el Papa Alejandro IV concede a la Universidad la categoría de Estudio General y a sus títulos, por ello, validez universal. En el marco de una Europa culturalmente unificada con una lengua común al servicio del intercambio de conocimientos —el latín—, nuevos privilegios le son concedidos por Benedicto XIII y Martín V, así como por los Reyes Católicos.
El Tostado, famoso teólogo, Lope de Barrientos y Pedro de Osma simbolizan la Universidad medieval. En Juan del Enzina y Fray Diego de Deza tenemos ya el Renacimiento.
La escuela de salamanca
A comienzos del siglo XVI, Salamanca era uno de los centros de enseñanza más importantes de todo el Orbe. Los planes de Colón fueron sometidos al juicio de sus maestros. De la mano de la renovación humanista —motor de reflexión práctica y crítica sobre la naturaleza del poder y la justicia—, de Salamanca hubo de salir la más enérgica defensa de los derechos de los indios y de la igualdad.
La mayor parte de los grandes teólogos del Concilio de Trento son discípulos de Francisco de Vitoria. El derecho internacional surge como consecuencia de aquel movimiento, representado en las cátedras por nombres como Domingo de Soto, Melchor Cano o Báñez.
Durante el Siglo de Oro, los estudiantes venidos de todos los puntos de la Península, y de Irlanda, Flandes, Francia, Alemania, Italia y los Virreinatos americanos llenan las aulas en las que enseñan las grandes figuras del humanismo español: Antonio de Nebrija, el portugués Arias Barbosa, el Comendador Núñez de Guzmán —El Princiano—, Fernán Pérez de Oliva, los hermanos Antonio y Diego de Covarrubias, el Maestro Correas, Juan de Solórzano Pereira, entre tantos otros.
Fray luis y su época
Estudiante primero, luego profesor de la Universidad de Salamanca, Fray Luis de León (1528-1591) es la figura emblemática de la época de mayor esplendor de la Institución. Poeta, su traducción al castellano, comentada, del Cantar de los Cantares le valió la cárcel inquisitorial durante cinco años. Cuando Fray Luis fue liberado, la Universidad le confió una cátedra de Teología. En su primera clase tras el presidio, pronunció su célebre frase “como decíamos ayer...”. Hoy podemos visitar el aula en la que impartía sus clases, que se conserva prácticamente igual que hace más de cuatro siglos.
La lista de discípulos de la época vertebra la cultura española: Juan de la Cruz, Ignacio de Loyola, Juan Ruiz de Alarcón, Calderón de la Barca, Quevedo, Góngora, Suárez, Saavedra Fajardo, Hernán Cortés y tantos otros. También fueron alumnos de Salamanca personalidades como el matemático portugués Pedro Núñez, el gran botánico García de Orta, el mejor escritor vasco de todos los tiempos, Pedro de Azular, Pedro de la Gasca, pacificador del Perú, o Fray Bernardino de Sahagún, fundador de la etnología y gran mejicanista.
Menos conocido que la tradición humanista es el espíritu innovador en la enseñanza de la Medicina: con la creación de la cátedra de anatomía, en 1553, la Universidad se incorporó pronto al movimiento vesaliano que preconizaba la disección directa. En los libros de Claustros de la época puede leerse: “para conocer e curar las partes interiores del cuerpo humano no basta la anatomía escripta, sino que es necesario verla por el ojo”.
Decadencia y resurgimiento
Todavía en el siglo XVIII, Salamanca es un importante centro cultural, contándose, entre sus profesores y discípulos a Meléndez Valdés, Torres Villarroel, Quintana Gallego, Muñoz Torrero y Marchena. Las luces y reformas ilustradas introducen en la Universidad un esfuerzo renovador cuyos resultados sólo la Guerra de la Independencia frente al invasor logrará desmantelar.
Los comienzos del XIX fueron muy duros para el Viejo Estudio, casi obligándolo a desaparecer en el olvido a lo largo de ese mismo siglo. Amenazando con perpetuar su crisis, el reformismo liberal y su modelo centralizador desplazaron a Salamanca del lugar privilegiado que ocupaba por derecho propio.
El rector unamuno
En épocas más recientes, ya en la centuria recién agotada, Salamanca cuenta de nuevo con grandes catedráticos: Pedro Dorado Montero, José Antón Oneca, Enrique Tierno o Francisco Tomás y Valiente constituyen honrosos ejemplos de una trayectoria histórica que se renueva día a día. Entre ellos, surge la paradójica figura de don Miguel de Unamuno, vasco universal, salmantino de adopción.
Polémico y controvertido, profundamente solitario y a la vez un auténtico revulsivo de su sociedad, Unamuno fue, en efecto, muchos hombres. Y poeta, ensayista, novelista,... Pero es comprensible que en la Universidad de Salamanca se le considere, ante todo, El Rector.
La universidad, hoy
La Universidad de Salamanca disfruta de un envidiable pasado, pero vive un floreciente presente y un prometedor futuro, avalado por el prestigio internacional cosechado en competencia con las mejores Universidades. Superada la individualidad, equipos de investigadores altamente cualificados obtienen reconocimiento en los foros internacionales de las humanidades y las ciencias.
Una plantilla de casi 2.500 profesores forma a unos 32.000 alumnos, distribuidos en las cuatro sedes —Ávila, Béjar, Salamanca y Zamora— en las que la Universidad imparte enseñanza de forma permanente. Un centenar de titulaciones de grado medio y superior, más de noventa programas de doctorado, cerca de cuarenta títulos propios, incontables actividades de extensión universitaria, etc., forman hoy la oferta académica de una Institución con casi ocho siglos de historia.
Severo Ochoa, Hans Kelsen, Javier Pérez de Cuéllar, Mario Soares, Albert Bandura, Federico Mayor Zaragoza, Manuel García-Pelayo, Jacques Delors, Fernando Enrique Cardoso, José Saramago, Carlos Fuentes, ... son algunas de las personalidades que en los últimos tiempos recibieron el Doctorado Honoris Causa en nuestra Universidad.
Mantiene Convenios con las Universidades extranjeras más importantes, así como con instituciones, fundaciones, empresas y sociedades, tanto públicas como privadas.
La proyección de salamanca en América Latina
El pasado ...
Es incuestionable la influencia y proyección en toda América Latina de la Universidad de Salamanca. Muchas de las Universidades del Nuevo Continente —más de treinta, entre los siglos XVI y XIX— nacieron y se desarrollaron guiadas por los Estatutos, ceremoniales y costumbres de Salamanca, materializando un influjo que comenzó a notarse tras los primeros años de la colonización y que hoy, quinientos años más tarde, aún perdura. Sus fundadores y primeros docentes habían estudiado en Salamanca, llevando consigo la filosofía universitaria que todavía subsiste en la actualidad.
La proyección de Salamanca en aquellas Universidades de ultramar es una palpable y auténtica realidad histórica. La Universidad de Salamanca es la principal educadora y forjadora de los pueblos hispánicos, de su acervo cultural. Es su alma mater a través de las Universidades en las que proyectó su imagen, y a través de sus hijos, que les transmitieron su perenne mensaje de docencia.
... y el presente
Consciente de ese valiosísimo legado que todos debemos de atesorar, la Universidad de Salamanca ha encomendado a su Fundación General la misión de fomentar y reforzar los vínculos entre todos aquellos latinoamericanos que se formaron en sus aulas.
La Fundación General cuenta en el momento presente con una sede en Bogotá (Colombia), auténtica embajada cultural de la Universidad, a través de la cual se actualiza ese nexo histórico de unión entre comunidades geográficamente distantes, pero muy próxima en su esencia. Trabajamos para abrir en un futuro cercano nuevas sedes en otros países, siempre en colaboración con las instituciones locales.